![](https://secure.static.tumblr.com/7acd3e159a4da4a5be16ac8c5251f737/k4ltksf/Dpsmzfn36/tumblr_static_broken-glass-skull.jpg)
Unos se marchan abandonando los
trozos para que siembren memorias que luego se conservaran en alcohol, otros
recogen los pedazos más grandes con miedo de que duela más de lo que ya dolió.
¿Qué hacer con lo que quedó, con
todo ese bouquet de sentimientos y miedos preparados para dos? Los trozos pesan
demasiado para ser llevados por uno solo.
Unos los dejan caducar detrás de
la amargura, algunos los guardan para el siguiente dia, semana, mes... década. Otros lo regalan hasta intoxicarlo con
remordimientos y malas decisiones. Pocos los colocan a disposición del que por
piedad, necesidad o incluso lastima, decida tomar una muestra como si fuera una
volante anunciando un producto en promoción.
La cultura y costumbre del “no
desperdiciar” se nos ha inculcado hasta en nuestra capacidad de amar.
Reutilizamos ese amor sin saber y en pequeños impulsos.
El avaro deja podrir lo bueno...
¿Y qué hago yo con mis pedazos?
Los más grandes los guarde bajo
la almohada, los más punzantes en el papel y los que se han hecho polvo en mis
bolsillos. Mismo corazón, diferente presentación.