" I became insane, with long intervals of horrible sanity"



Edgar Allan Poe


domingo, 28 de diciembre de 2014

Corazón de Jarrón

Cuando por circunstancias de la vida el amor se nos resbala de las manos y se quiebra, siempre queda el dolor y la pena. Unos las cantan y beben en canciones de aguardiente, poemas de coraje y autocompasión. Pero nadie se pregunta que pasa con los pedazos, ¿Qué pasa con lo que queda en el suelo, con las manchas que dejo?

Unos se marchan abandonando los trozos para que siembren memorias que luego se conservaran en alcohol, otros recogen los pedazos más grandes con miedo de que duela más de lo que ya dolió.

¿Qué hacer con lo que quedó, con todo ese bouquet de sentimientos y miedos preparados para dos? Los trozos pesan demasiado para ser llevados por uno solo.
Unos los dejan caducar detrás de la amargura, algunos los guardan para el siguiente dia, semana, mes... década.  Otros lo regalan hasta intoxicarlo con remordimientos y malas decisiones. Pocos los colocan a disposición del que por piedad, necesidad o incluso lastima, decida tomar una muestra como si fuera una volante anunciando un producto en promoción.

La cultura y costumbre del “no desperdiciar” se nos ha inculcado hasta en nuestra capacidad de amar. Reutilizamos ese amor sin saber y en pequeños impulsos.

El avaro deja podrir lo bueno...

¿Y qué hago yo con mis pedazos?

Los más grandes los guarde bajo la almohada, los más punzantes en el papel y los que se han hecho polvo en mis bolsillos. Mismo corazón, diferente presentación.